¿Recuerdas el día en que aprendiste a leer? ¿Y a escribir? ¿Recuerdas quizás cuál fue la primera palabra que dijiste siendo bebé?
Es muy probable que no y ¡no pasa nada!, pues a todos nos ha ocurrido lo mismo. Es por ello por lo que hoy en día sigue sorprendiendo mucho los esfuerzos que hacemos los adultos porque nuestros hijos o alumnos aprendan a leer y a escribir cuando todos hemos vivido procesos de comenzar por este “sendero de las palabras y los sonidos” sin tener que hacer esfuerzo alguno.
Si aprendemos a hablar sin ningún tipo de esfuerzo ¿Por qué insistimos tanto en que niñas y niños aprendan a leer y a escribir cuando tiene cuatro o cinco años y además forzamos para que así sea si quizás todos no están preparados para ello?
Sencillamente, no tiene sentido y, lo que es peor, si lo hacemos de esta manera a través del esfuerzo estamos perjudicando más que beneficiando. Por ello, vamos a intentar a través de este recorrido que vamos a hacer juntos descifrar y decodificar este proceso de la lectoescritura de tal manera que el acompañamiento que realicemos a partir de ahora con los niños en este sentido pueda ser disfrutado, vivido y sentido por ambas partes. ¿Comenzamos?
Aprender a leer y escribir debe ser un proceso placentero para el niño, y los adultos debemos propiciar que así sea, pues despertar el amor por los libros en los niños y que estos acaben siendo grandes lectores depende en gran medida de este importante momento de su vida.
Afortunadamente, hoy disponemos de cantidad de información que nos guía sobre cómo podemos acompañar a niñas y niños en su desarrollo lector para que, como hemos dicho anteriormente, acaben amando la lectura. La neurociencia o la psicología del desarrollo guían esos pasos en días como hoy, pero lo que resulta realmente sorprendente es como esas directrices se conectan con las propuestas que la Dra. María Montessori realizó dentro de su propuesta pedagógica y educativa en lo referente al aprendizaje de la lectoescritura.
Queremos compartir contigo una serie de pasos a seguir para que puedas acompañar este proceso, y disfrutar juntos del camino con tus hijos o alumnos del placer que resulta disfrutar de la lectura.
1. Nunca obligues a un niño a leer ni escribir
El aprendizaje de la lectoescritura depende de un proceso de maduración cerebral que es distinto en cada niño. Da igual que el amigo de tu hijo de la misma edad ya ha aprendido a leer. No te preocupes por ello. Hay un margen de maduración cerebral para este aprendizaje lector que va de los 4 a los 7 años. Así que mejor preocúpate de acompañar y sembrar durante este camino, y de esta manera podrás ver cómo florece la lectura de una manera totalmente natural cuando el niño está preparado para ello.
2. Cambia tus hábitos como adulto
Los adultos representamos un modelo a seguir para nuestros hijos y alumnos. Por eso, si quieres ellos lean, sé tú un modelo a seguir. Deja la televisión y el móvil a un lado, y comienza a crear hábitos para convertirte en un modelo a seguir. Ellos harán lo que nos ven hacer a nosotros.
3. Haz de tu hogar un lugar rico en libros
Haz que los libros sean protagonistas y dales el protagonismo que merecen colocándolos en los principales lugares de tu casa. Habitaciones, sala de estar, rincón de lectura, etc. Cualquier lugar es bueno si en este hay presencia de libros.
4. Lee junto a tus hijos y alumnos
A los niños les encanta que los adultos leamos libros juntos. Con ello estaremos fomentando el hábito de la lectura y el niño aprenderá que a través de la lectura puede compartir momentos inolvidables con las personas que más quieren.
5. Libros accesibles a la altura del niño
Coloca los libros donde los niños puedan acceder de manera fácil y libre. Enséñales el respeto que debemos tener por los libros para cuidarlos y conservarlos, y deja que acudan a ellos cuando así lo deseen. De esta manera podrán acceder cuando quieran y sabrán el respeto que todos tenemos por los libros que compartimos.
6. Selecciona los libros dependiendo de la edad
Existen libros para todas las edades desde que son muy bebés. Por eso haz la mejor selección de libros posible atendiendo a la edad del niño. Libros a través de los cuales sientan el placer de la lectura y que sean disfrutados por los niños a la vez que aprenden con nosotros.
7. Entrena la conciencia fonológica
Trabajar la conciencia fonológica o conciencia fonética desde bien pequeños ayudará a los niños en este inicio del desarrollo del lenguaje. Por ejemplo, con el típico juego del “Veo-Veo” de toda la vida, los niños aprenderán el sonido por el que empieza o termina una palabra, o los sonidos intermedios que la componen. Y recuerda siempre que decimos el sonido, no el nombre de las letras pues la adquisición y el desarrollo de nuestro idioma se hace a través de fonemas o sonidos.
8. “Toca” los sonidos a través de las letras de papel de lija Montessori
Las “Letras de lija” es un material que la Dra. María Montessori elaboró para una mejor adquisición del proceso lector. Cuando los niños ya dominan la parte de conciencia fonética, es el momento de invitarlos a que toquen los sonidos con este material de papel de lija que representan y le permiten tocar con sus manos las grafías o símbolos de lo que hasta ahora conocían únicamente como un sonido.
9. Lectura antes que escritura
Así nos recomienda la neurociencia que debemos caminar en este desarrollo de la lectoescritura, trabajando primero la lectura y después la escritura. Una vez que el niño ya domina los sonidos y es capaz de relacionarlos con sus símbolos, es entonces cuando le mostramos a través del “Alfabeto Móvil” que una palabra es la unión de un conjunto de sonidos. Con el material del “Alfabeto Móvil”, el niño dará sus primeros pasos en la escritura de manera directa y podrá comenzar a expresar de esta manera a través de la escritura aquello que piensa o siente.
10. Realiza visitas a Bibliotecas
Las bibliotecas son lugares mágicos repletos de libros que llenan el alma de niños y adultos. Su organización, su armonía, sus olores particulares, la colocación de los libros, etc., hacen de las bibliotecas un lugar al que debemos acudir de manera regular con nuestros hijos. Con ello le estaremos mostrando una invitación a poder acceder a lectura de una manera accesible para todos, donde podrá encontrar diversidad de libros que le guiarán en el camino para conocer el tipo de lectura que más les gustan convirtiéndose con ello en grandes lectores.
Y ahora toca disfrutar de la lectura.
Los cimientos sobre los que se sustenta la personalidad del niño y la comunicación “van cogidos de la mano”, pues la construcción de la personalidad ocurre cuando el niño puede comunicar con los demás sus ideas y sus sentimientos y cuando puede expresar los mismos.
Es aquí donde el lenguaje se hace vital para nosotros, pues es a través de él como conseguimos exteriorizar todo ese sentir que llevamos en nuestro interior.